lunes, 13 de julio de 2009

Karma


Muchas veces hablamos del karma como sinónimo de un sino negativo, una rueda implacable que nos pasa la cuenta. Pero ¿Qué es realmente el karma? ¿Qué hay que hacer para “sanarlo”? Hay un equilibrio universal que lo rige todo. Y lo hace precisamente para que el mundo se mantenga en pie. El principio de causa efecto que está presente y que reconocen las leyes físicas. Acto y consecuencia. El karma es precisamente esa cuenta que llevamos a favor y en contra. El término viene aparejado del concepto de reencarnación, donde nuestra vida es parte de muchas, una tras otra, que nos ayudan a perfeccionarnos. Y la cuenta tiene que ver con que tanto lo bueno como lo malo se replican. Si realizamos un buen acto, se nos devolverá algo positivo, de una u otra forma. Si, por el contrario, hacemos daño, ese efecto negativo en otro también se nos devolverá. Este sentido del karma es universal. No hay religión que no apele a “amar al otro como a sí mismo” como una forma de evitar el daño. Tal vez el secreto esté en lo que el Popul Voh asienta como fundamento del mundo “Yo eres tú, todos somos uno solo”: al dañar a otro, te dañas a ti mismo. Cómo limpiar nuestro karma Para “enfrentar” nuestro karma se debe aceptar nuestra responsabilidad en cada situación, aunque aparentemente nos parezca injusta. Luego de esto, medita el sentido de estos “pasos” entregados por natalialuna.com • De cada acto (-) debes hacer un acto (+): En el futuro, propongámonos que por cada acto negativo que provenga de nuestra parte, encetaremos un acto positivo con el fin de equilibrar nuestra balanza. • Sin perdón no se puede vivir: El segundo paso, en consecuencia, es perdonar. No lo dudes más; debemos perdonar por una simple y sencilla razón; tienes que perdonar para que a tu turno tu puedas ser perdonado. • Compensar lo malo con lo bueno: El tercer y ultimo paso es compensar; Cambiando el menos por el más. Tenlo siempre presente, el paso definitivo es sembrar hoy en nuestra vida cocientes de que esta siembra será nuestra cosecha en el mañana. “Solo recogemos lo que sembramos".

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